NUEVO ESPACIO PARA COMPARTIR

En esta foto se ven las montañas "abriendo sus puertas" para que entre la ruta y el río juntos al pueblo, quizás el más lindo de la Argentina, colgado al pie de esa piedra impresionante que es el cerro Fitz Roy.
Ese pueblo que nos invita a pasar es El Chaltén, en la patagónica Santa Cruz.
Esta página, es como esa puerta, que permite mirar en el lugar en que subo algunas de las cosas de mi archivo personal, que me acompaña a todas partes. La mayor parte de ellas, pertenecen a otra gente; otras, las menos, son propias.
Algunas, a algunos cercanos a mi vida, a mis afectos. A una parte de ellas, algunos hábiles talentosos les han puesto música.
Otras no la precisan.
Seguiré buscando y subiendo otras cosas por allí, nuevas y no tanto, las que de a poco se irán haciendo mías también.
Espero que las disfruten tanto como las disfruto yo.
Y si quieren subir algún comentario, será bienvenido..!
(rt)




lunes, marzo 14, 2011

EL ABUELO, de Alberto Cortez

El abuelo un día, cuando era muy joven
allá en su Galicia,
miró el horizonte y pensó que otra senda
tal vez existía.
Y al viento del norte, que era un viejo amigo,
le habló de su prisa,
le mostró sus manos, que mansas y fuertes,
estaban vacías.
Y el viento le dijo: "Construye tu vida
detrás de los mares, allende Galicia"".

El abuelo un día en un viejo barco
se marchó de España.
El abuelo un día, como tantos otros,
con tanta esperanza.
La imagen querida de su vieja aldea
y de sus montañas,
se llevó grabada muy dentro del alma,
cuando el viejo barco lo alejó de España.

El abuelo un día subió a la carreta
de subir la vida.
Empuñó el arado, abonó la tierra,
y el tiempo corría.
Y luchó sereno por plantar el árbol
que tanto quería.
Y el abuelo un día lloró bajo el árbol
que al fin florecía,
lloró de alegría cuando vio sus manos,
que un poco más viejas no estaban vacías.

Y el abuelo entonces, cuando yo era niño,
me hablaba de España,
del viento del norte, de la vieja aldea
y de sus montañas.
Le gustaba tanto recordar las cosas
que llevo grabadas muy dentro del alma,
que a veces callado, sin decir palabra,
me hablaba de España.

El abuelo un día, cuando era muy viejo,
allende Galicia,
me tomó la mano, y yo me di cuenta
que ya se moría.
Y entonces me dijo, con muy pocas fuerzas
y con menos prisa,
"prométeme, hijo, que a la vieja aldea
irás algún día,
y al viento del norte dirás que su amigo,
a una nueva tierra le entregó la vida..."

Y el abuelo un día se quedó dormido
sin volver a España.
El abuelo un día, como tantos otros,
con tanta esperanza.
Y al tiempo al abuelo lo vi en las aldeas,
lo vi en las montañas, en cada mañana
y en cada leyenda, por todas las sendas
que anduve de España.

No hay comentarios:

Publicar un comentario