NUEVO ESPACIO PARA COMPARTIR

En esta foto se ven las montañas "abriendo sus puertas" para que entre la ruta y el río juntos al pueblo, quizás el más lindo de la Argentina, colgado al pie de esa piedra impresionante que es el cerro Fitz Roy.
Ese pueblo que nos invita a pasar es El Chaltén, en la patagónica Santa Cruz.
Esta página, es como esa puerta, que permite mirar en el lugar en que subo algunas de las cosas de mi archivo personal, que me acompaña a todas partes. La mayor parte de ellas, pertenecen a otra gente; otras, las menos, son propias.
Algunas, a algunos cercanos a mi vida, a mis afectos. A una parte de ellas, algunos hábiles talentosos les han puesto música.
Otras no la precisan.
Seguiré buscando y subiendo otras cosas por allí, nuevas y no tanto, las que de a poco se irán haciendo mías también.
Espero que las disfruten tanto como las disfruto yo.
Y si quieren subir algún comentario, será bienvenido..!
(rt)




martes, octubre 12, 2010

TENGO, de Nicolás Guillén

Cuando me veo y toco, yo, Juan sin Nada no más ayer, y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo, vuelvo los ojos, miro, me veo, y toco,
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver, tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él, mirando bien de cerca lo que antes no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir, monte puedo decir, ciudad puedo decir, ejército decir,
ya míos para siempre, y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver, tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir (es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés, no en señor,

sino decirle compañero como se dice en español.
Tengo, vamos a ver, que siendo un negro
nadie me puede detener a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver, que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo, que como tengo la tierra, tengo el mar,
no country, no jailáif, no tennis y no yatch,
sino de playa en playa, y ola en ola,
gigante azul abierto democrático: en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver, que ya aprendí a leer,
a contar, tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar, y a reír.
Tengo que ya tengo donde trabajar y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver, tengo lo que tenía que tener.

ÓLEO DE MUJER CON SOMBRERO, de Silvio Rodríguez

Una mujer se ha perdido conocer el delirio y el polvo, se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar, se ha perdido mi huella en su mar.
Veo una luz que vacila y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna, con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló. Veo más: veo que se perdió.
La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes.
los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí.

Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar.
Una mujer innombrable huye como una gaviota, y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción.
Una mujer con sombrero, como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo, y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí, y ahora lloro por verla morir.

YO PISARÉ LAS CALLES NUEVAMENTE, de Pablo Milanés

Yo pisaré las calles nuevamente, de lo que fue Santiago ensangrentada, y en una hermosa plaza liberada me detendré a llorar por los ausentes.
Yo vendré del desierto calcinante y saldré de los bosques y los lagos,
y evocaré en un cerro de Santiago, a mis hermanos que murieron antes.

Yo unido al que hizo mucho y poco, al que quiere la patria liberada,
dispararé de las primeras balas, más temprano que tarde sin reposo.
Retornarán los libros, las canciones, que quemaron las manos asesinas.
Renacerá mi pueblo de su ruina y pagarán su culpa los traidores.
Un niño jugará en una alameda y cantará con sus amigos nuevos,
y ese canto será el canto del suelo a una vida segada en La Moneda.

AÑOS, de Pablo Milanés

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, el amor no lo reflejo, como ayer.
En cada conversación, cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón.
Pasan los años, y como cambia, lo que yo siento,
lo que ayer era amor, se va volviendo otro sentimiento.
Porque años atrás, tomar tu mano, robarte un beso,
sin forzar un momento, formaban parte de una verdad.
El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos,
el amor no lo reflejo, como ayer.
En cada conversación, cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de temor.
Vamos viviendo, viendo las horas que van muriendo,
las viejas discusiones, se van perdiendo entre las razones.
A todo dices que sí, a nada digo que no, para poder construir,
esta tremenda armonía que pone viejos, los corazones.

EL BREVE ESPACIO EN QUE NO ESTÁS, de Pablo Milanés

Todavía quedan restos de humedad, sus olores llenan ya mi soledad,
en la cama su silueta se dibuja, cual promesa,
de llenar el breve espacio en que no está...
Todavía yo no sé si volverá, nadie sabe, al día siguiente, lo que hará,
rompe todos mis esquemas, no confiesa ni una pena,
no me pide nada a cambio de lo que da.
Suele ser violenta y tierna, no habla de uniones eternas,
mas se entrega cual si hubiera sólo un día para amar.
No comparte una reunión, mas le gusta la canción que comprometa su pensar.
Todavía no pregunté: ¿te quedarás? Temo mucho a la respuesta de un: Jamás..!
La prefiero compartida, antes que vaciar mi vida,
no es perfecta, más se acerca a lo que yo simplemente soñé...