NUEVO ESPACIO PARA COMPARTIR

En esta foto se ven las montañas "abriendo sus puertas" para que entre la ruta y el río juntos al pueblo, quizás el más lindo de la Argentina, colgado al pie de esa piedra impresionante que es el cerro Fitz Roy.
Ese pueblo que nos invita a pasar es El Chaltén, en la patagónica Santa Cruz.
Esta página, es como esa puerta, que permite mirar en el lugar en que subo algunas de las cosas de mi archivo personal, que me acompaña a todas partes. La mayor parte de ellas, pertenecen a otra gente; otras, las menos, son propias.
Algunas, a algunos cercanos a mi vida, a mis afectos. A una parte de ellas, algunos hábiles talentosos les han puesto música.
Otras no la precisan.
Seguiré buscando y subiendo otras cosas por allí, nuevas y no tanto, las que de a poco se irán haciendo mías también.
Espero que las disfruten tanto como las disfruto yo.
Y si quieren subir algún comentario, será bienvenido..!
(rt)




domingo, marzo 27, 2011

PEQUEÑA, de Homero Expósito

Donde el río se queda y la luna se va, donde nadie ha llegado ni puede llegar,
donde juegan conmigo los versos en flor,
tengo un nido de plumas y un canto de amor.
Tú, que tienes los ojos mojados de luz
y empapadas las manos de tanta inquietud,
con las alas de tu fantasía
me has vuelto a los días de mi juventud...
Pequeña, te digo pequeña
te llamo pequeña con toda mi voz.
Mi sueño que tanto te sueña
te espera, pequeña, con esta canción.
La luna, ¡qué sabe la luna
la dulce fortuna de amar como yo!
Mi sueño que tanto te sueña
te espera, pequeña de mi corazón.
Hace mucho que espero, y hará mucho más,
porque tanto te quiero que habrás de llegar,
no es posible que tenga la luna y la flor
y no tenga conmigo tus besos de amor.
Donde el río se queda y la luna se va
donde nadie ha llegado ni puede llegar
con las alas de tu fantasía
serás la alegría de mi soledad.

AFICHES, de Homero Expósito

Cruel en el cartel, la propaganda manda cruel, en el cartel,
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende la ilusión, se rifa el corazón...
Y apareces tú vendiendo el último jirón de juventud,
cargándome otra vez la cruz.
¡Cruel en el cartel, te ríes, corazón!
¡Dan ganas de balearse en un rincón!
Ya da la noche a la cancel su piel de ojera...
Ya moja el aire su pincel, y hace con él la primavera...
¿Pero qué? si están tus cosas, pero tú no estás,
porque eres algo para todos, ya, como un desnudo de vidriera...
¡Luché a tu lado, para ti, por Dios, y te perdí!
Yo te di un hogar...
¡Siempre fui pobre, pero yo te di un hogar!
Se me gastaron las sonrisas de luchar,
luchando para ti, sangrando para ti...
Luego la verdad, que es restregarse con arena el paladar,
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar... -¡fue culpa del amor!-
¡Dan ganas de balearse en un rincón!