NUEVO ESPACIO PARA COMPARTIR

En esta foto se ven las montañas "abriendo sus puertas" para que entre la ruta y el río juntos al pueblo, quizás el más lindo de la Argentina, colgado al pie de esa piedra impresionante que es el cerro Fitz Roy.
Ese pueblo que nos invita a pasar es El Chaltén, en la patagónica Santa Cruz.
Esta página, es como esa puerta, que permite mirar en el lugar en que subo algunas de las cosas de mi archivo personal, que me acompaña a todas partes. La mayor parte de ellas, pertenecen a otra gente; otras, las menos, son propias.
Algunas, a algunos cercanos a mi vida, a mis afectos. A una parte de ellas, algunos hábiles talentosos les han puesto música.
Otras no la precisan.
Seguiré buscando y subiendo otras cosas por allí, nuevas y no tanto, las que de a poco se irán haciendo mías también.
Espero que las disfruten tanto como las disfruto yo.
Y si quieren subir algún comentario, será bienvenido..!
(rt)




lunes, septiembre 20, 2010

La nueva multipolaridad llega a América latina - por Oscar Raúl Cardoso

El declive del predominio estadounidense y la emergencia de China, Rusia e India como potencias con proyecciones globales colocan a la región frente a desafíos inéditos.

Hace unos días en Nueva York, el canciller chino Li Zhaoxing sen¬tenció que la presente crisis eco¬nómica "será profunda y prolongada" para beneficio de su interlocutor y colega argentino Jorge Taiana. Convengamos que la frase es casi un resumen de lo que se puede leer o escuchar de boca de los más variados analistas. Pero cuando proviene de alguien que habla en nombre de una de las grandes economías del planeta, el diagnóstico sombrío adquiere una dimen¬sión diferente, que introduce al menos una pizca de hielo en la sangre.
El jefe de la diplomacia del gobierno que encabeza Hu-Jintao pareció a su contertu¬lio como un hombre que estaba cómodo con lo que podía prever del futuro para su país. Menos incentivadas sus arrugas por la presión del temor, como es fácil descu¬brir hoy en las fotos de muchos líderes occidentales. Es como si Beijing viese lo que sucede como la turbulencia inevitable en el inicio de un cambio.
En el curso de los últimos días Taiana pudo, por las circunstancias, completar una visión diferente de los efectos posi¬bles de la presente situación. Ya en Buenos Aires recibió a Nikolai Patrushev, el hoy titular del Consejo de Seguridad Nacional ruso, un hombre que proviene -al igual que el primer ministro Vladimir Putin- del aparato de inteligencia ya que estuvo al frente del organismo que sucedió al antiguo KGB soviético, el Servicio Federal d Seguridad (FSB).
La del ruso es una presencia que pasó inmerecidamente subvalorada en la información, porque la misión de Patrushev es parte de la ofensiva político-militar de Moscú sobre América latina, uno de cuyos puntos centrales es defender la "inocencia" en la reciente crisis en Georgia. En términos generales" el mensaje que trajo Patrushev puede traducirse en "estamos de vuelta en el mapa de poder internacional.
Este viaje parece parte de la misma trama que llevó a Venezuela dos bombarderos - estratégicos rusos, la venta de armas en la región y que avanzará en los próximos meses con ejercicios militares venezolano-rusos y que llevó a Moscú a sondear la posibilidad de tener una participación en el futuro Consejo de Seguridad de América del Sur, un organismo que está promo¬viendo Brasil y en el que no participaría Estados Unidos.
Si uno se dejara atravesar por la urgencia de los símbolos, podría verse tentado a inferir de estos y otros hechos que parece haber en marcha el desafío más importante a la "Doctrina Monroe" de 1823 -ninguna potencia extracontinental se mezclará en los asuntos de las repúblicas americanas, consideradas zona de influencia exclusiva de Washington- desde los días del giro pro soviético de la revolución de Cuba en los años 60.
Hay una medida del orden internacio¬nal -Estados Unidos como la híper potencia planetaria- que surgió con fuerza después del colapso soviético que está crujiendo ba¬jo el peso de los presentes y elefantiásicos problemas económicos.
El unilateralismo que venía como privi¬legio del liderazgo global se está volvien¬do disfuncional o, por lo menos, sale más caro de lo que los estadounidenses pueden y están dispuestos a pagar.
Veamos un solo ejemplo. Estados Unidos tiene una deuda nacional de 10 billones de dólares -sí, diez millones de millones y crece a razón de un promedio de 3450 millones por día (esto es antes de comenzar a computar el costo del rescate financiero).
Un solo país tiene en sus cofres los "pa¬garés" de ese endeudamiento estadounidense: China. Es interesante notar aquí que la burbuja especulativa inmobiliaria que nos acercó a todos al precipicio econó¬mico se financió con créditos chinos.
¿Qué pasaría si Beijing quisiera pasar a otras posiciones? ¿O si decidiera que el dó¬lar no vale lo que pretende el país emisor? Es improbable que algo así ocurra al menos en el futuro inmediato, pero la posibilidad habla claramente de una vulnerabilidad en el liderazgo global de Washington que las guerras del presente y las épicas retóricas de George W. Bush contra el terrorismo ya no pueden disimular.
Por lo demás, una cierta visión del fu¬turo se hace más notoria en las presentes circunstancias, la de la emergencia de Chi¬na, Rusia e India como potencias cuanto menos regionales que desean marcar la cancha global y quizá un distanciamiento en la sociedad atlán-tica (Estados Unidos-Europa). No es una vi¬sión nueva; economistas y expertos en relaciones interna¬cionales, H e n r y Kissinger entre és¬tos, hace tiempo que vienen antici¬pando un mun¬do mucho más multipolar. La mayor diferen¬cia en estos pronósti¬cos está dada por los que ven en el futuro una declinación del poder estadounidense y los que no admiten esta última posibilidad. Pero la realidad hace que esta dife¬rencia sea apenas teórica. Moscú, Beijing y Nueva Delhi han sufrido ya los pri¬meros golpes de la crisis fi¬nanciera, pero la mayoría de los diagnósticos coin¬ciden en que están en mejores condiciones de soportar el ven¬daval conservando niveles aceptables -si no óptimos- de sus economías.
No es éste el momento más propicio para reflexionar sobre los posibles cambios en la estructura de poder mundial, preocupadas como están las sociedades por la evapora¬ción de la riqueza, el ahogo del crédito, la amenaza del desempleo masivo y por la in¬cierta duración de todo el fenómeno. Pero tampoco conviene hacer completamente a un lado aquella cuestión, porque sí, efec¬tivamente, avanzamos hacia un mundo diferente cuya estructura va a sorprender.
Y no siempre de modo grato.

Copyright Clarín, 2008.

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